Mantenimiento del olivo después de la campaña en Masía el Altet
Nos atrevemos a decir que el mantenimiento del olivo después de la recogida de la aceituna es igual de importante o más que la misma campaña de cosecha, envasado y comercialización.
Es más. ¿Cómo no vamos darle todo nuestro cariño y a poner toda nuestra experiencia en cuidar un árbol que tanto nos da? Nos ofrece magníficos frutos que después convertimos en uno de los aceites de oliva virgen extra más apreciados del mundo.
Claro que haremos un mantenimiento del olivo adecuado después de cada campaña para que cada árbol de nuestro extenso olivar se mantenga poderoso, vigoroso y productivo y nos ofrezca unas magníficas cosechas.
En este post nos hemos propuesto contarte algunos secretos de cómo lo hacemos. De cuáles son algunos de los pasos adecuados para un buen mantenimiento del olivo.
Los pasos para un buen mantenimiento del olivo
Lo primero que hay que hacer después de la recogida del olivo es “curarlo”. Puede parecer una expresión un poco exagerado pero es lo que hacemos. Nos explicamos.
Es evidente que el uso de maquinaria de avanzada tecnología como la que utilizamos en Masía El Altet nos ayuda, y mucho, a recoger la aceituna de manera rápida, con lo que evitamos que pierda sus muchas cualidades, tanto de sabor como nutritivas.
Pero el paso de las máquinas por los árboles y las varas pueden dejar al descubierto algunas ramas y por ahí “colarse” ciertas bacterias que pudieran dañarlo.
Si no los someteríamos a determinados procesos “reparadores” nuestros árboles podrían contraer enfermedades tales como la bacteriosis o estar expuesto a plagas como el repilo (que es el que más afecta a Masía El Altet por sus peculiares condiciones climatológicas), la mosca del olivo, el barrenillo, la polilla… por lo que es importante fumigar la plantación para evitar contagios y conseguir una cosecha estable cada año.
Otras cuestiones para el mantenimiento del olivo
Para cuidar al árbol hay otras muchas cosas que tienen su importancia. Tales como:
Recogida temprana del fruto
Es obvio que cuanto más tiempo esté la aceituna en el árbol más recursos consume. Es el olivo el encargado de alimentar a las aceitunas. Así que podemos decir que si recogemos el fruto antes, mucho antes podrá empezar su recuperación para la cosecha siguiente.
En nuestro olivar seguimos a pies juntillas esta regla y recogemos la aceituna en el mes de octubre. Todavía verde. La aceituna pre envero. ¿Por qué hacemos esto? Simple y llanamente para conseguir mucha más calidad en nuestros aceites de oliva virgen extra.
El rendimiento por kilo que obtenemos es menor que si recogiésemos la aceituna ya madura (con ese tono rojo-negro característico) pero por el contrario la calidad es superior.
Para tener un aceite de mucha calidad no basta tan sólo con recoger la aceituna verde todavía. Entran en juego otros factores como la rapidez en el transporte desde el campo a la almazara o la utilización de las más novedosas tecnologías de la alimentación.
Recolección de aceituna en Masía el Altet from Masía el Altet on Vimeo.
Y también poda temprana
Estamos en este punto un poco como en el apartado anterior. Las ramas también consumen “energía” del olivo. Así que si eliminamos las que ya no sirven el árbol lo va a agradecer.
Al igual que la recogida de nuestras aceitunas nuestra poda también es temprana. Así le damos también más tiempo al árbol para “ponerse fuerte” y empezar a pensar en la próxima cosecha.
Como recogemos en octubre, la poda es en el mes de noviembre, justo después de la recolección.
Es uno de los momentos más intensos en nuestra finca ya que hemos de podar ni más ni menos que 15.000 árboles.
Ahora bien, la fecha para esta tarea es la mejor ya que las temperaturas en La Montaña de Alicante (donde está enclavado nuestro olivar) no superaran los 15 grados y el olivo, a esta temperatura no vegeta en la misma manera que a temperaturas superior.
Por supuesto, que la poda se puede hacer más tarde. Otras plantaciones así lo hacen, pero siempre antes de la primavera y antes de que el olivo empiece a florecer.
La poda, desde luego, es un arte. Sólo la han de practicar aquellos que tienen mucha experiencia en estas lides. De lo contrario, podría tener consecuencias nefastas. Una buena poda, por ejemplo, también ayuda a prevenir enfermedades como el ya mencionado repilo.
Laboreo, abonado y tratamientos fitosanitarios
El mantenimiento del olivo no acaba con la poda, aunque mucha gente que no está inmersa en el sector pudiera pensar lo contrario. Siempre hay trabajos por hacer.
Así por ejemplo hemos de estar pendientes de las malas hierbas porque también consumen recursos del árbol. Su control es fundamental.
También lo es el saber cuándo regar y en qué cantidad. El olivo es un árbol que está acostumbrado a períodos de sequía pero si queremos tener una buena cosecha y una magnífica calidad de la aceituna hay que proceder a regar en determinadas épocas del año.
Ahora bien. Siempre con la cantidad exacta. Ni es bueno poca agua ni es buena una gran abundancia.
Esto nos lo dicta nuestra experiencia y el conocimiento exacto que tenemos de nuestras tierras.
El agua es más necesaria en la época en que se está desarrollando la flor, en la formación de la aceituna o cuando el árbol es joven y se encuentra en plena etapa de crecimiento.
Por último, y si queremos continuar teniendo grandes producciones de aceituna es importante que ayudemos al árbol con ciertos tratamientos fitosanitarios tempranos. Todo encaminado a que el árbol jamás pierda su energía y que los nuevos brotes crezcan sanos y productivos.
Esto es todo lo que te queríamos contar sobre el mantenimiento del olivo. Es cierto que hay épocas de mayor trabajo que otras pero, en realidad, nunca se deja de actuar sobre el olivar si lo que se pretende es obtener un aceite de oliva virgen extra de excelente calidad.
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